Las buenas cifras que el sector de la restauración ha venido recogiendo a lo largo de 2022 se han reafirmado durante el periodo de verano: según datos de la patronal Hostelería de España, en los meses de julio y agosto de este año se han alcanzado unos niveles de consumo similares o incluso superiores al mismo periodo de 2019, es decir, previos a la pandemia. Una tendencia positiva que seguirá en ascenso durante septiembre, que es cuando el mayor peso de la facturación del sector 'HoReCa' se desplaza de las localidades costeras hacia las grandes ciudades, sobre todo gracias al significativo aumento que acostumbra a producirse en los pedidos de delivery y take away.
Y es que, además de esa fluctuación del grueso de volumen de pedidos de los emplazamientos vacaciones a las grandes urbes, se produce un efecto adicional: debido a que, en el día a día, el consumidor medio no tiene la posibilidad de sentarse a comer con la misma tranquilidad que cuando se encuentra de vacaciones, también se genera un notable incremento del uso de la restauración a domicilio. El año pasado, todavía con el lastre del efecto pandémico encima, ese crecimiento supuso un 12% más de pedidos; en cambio, en 2022 ha aumentado hasta un 95%, poniendo sobre la mesa la buena salud del sector, según datos de Deliverect.
DELIVERY DIRECTO A LA OFICINA
Uno de los segmentos poblacionales que más recurre al delivery son las personas que trabajan, sea desde una oficina o desde su propio hogar, y tienen una jornada laboral que no les da margen temporal suficiente para prepararse las comidas. Por eso hay cada vez más compañías del sector de la restauración que se enfocan de forma específica (o, al menos, dirigen ahí una parte de su oferta) a este tipo de público, pensando en el cual desarrollan menús delivery ejecutivos, específicamente pensados para el consumidor empresarial. Este tipo de menú permite, por un precio razonable, mantener una dieta equilibrada (pudiendo establecer, manteniéndose fiel a la misma empresa y/o restaurante, incluso planes nutricionales), y además ofrece la comida en formatos compactos, fáciles de comer en una mesa de oficina, y sin tener que entretenerse demasiado en ello.
Precisamente por el ritmo que implica el día a día laboral, y la exigencia de los horarios (sobre todo en el caso de los padres y madres que, después de trabajar, han de llevar a sus hijos a extraescolares), el esfuerzo de ponerse a cocinar al llegar a casa puede resultar excesivo. De nuevo, el delivery, o incluso el take away en algún establecimiento cercano, se convierte para muchas personas en una opción excelente para relajarse y disfrutar de una cena a medida sin tener que ponerse a los fogones. Incluso la opción intermedia, cada vez más extendida, de los kits de “hazlo tú mismo”, que incluyen tanto los ingredientes como las instrucciones necesarias para realizar en casa alguna de las recetas del restaurante preferido del usuario.