El presidente de la Agrupación de Industrias Alimentarias de Murcia, Alicante y Albacete (Agrupal), José García Gómez, ha presentado ante la Junta directiva de la patronal al nuevo secretario general, César Nicolás, que ha obtenido el respaldo unánime de la misma.
Cesar Nicolás es ingeniero técnico industrial por la UPCT, MBA por ENAE y Máster en Ingeniería de Sistemas Integrados de Calidad, Seguridad y Medio Ambiente por la UCAM.
Cuenta con más de 20 años de experiencia en la dirección de unidades de negocio en empresas del sector industrial y de la innovación en la Región de Murcia. Durante los últimos años, ha estado al frente del Instituto Tecnológico de Murcia, perteneciente a la UCAM, donde ha logrado el gran hito de la puesta en marcha y primeros pasos de la incubadora UCAM Hitech.
En el ámbito del asociacionismo, es decano del Colegio del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Industriales, vicepresidente de la Unión española de Asociaciones de Ingenieros Técnicos Industriales y miembro del Consejo General de Colegios de Ingeniería Técnica Industrial de España.
José García ha puesto en valor la figura del recién incorporado secretario general destacando “su valía profesional y su calidad humana para afrontar los importantes retos que tiene por delante la industria alimentaria”. Entre ellos -ha continuado- la planificación hidrológica, “puede afectar muy negativamente a la disponibilidad y al coste del agua soportado, directamente, por nuestras empresas y por sus proveedores, lo que se traducirá necesariamente en pérdida de empleos, menor competitividad, mayores costes de los alimentos para los consumidores, y, en general, un deterioro del sector y menor seguridad hídrica y alimentaria para el conjunto de la sociedad”.
INICIATIVAS CONTRA EL RECORTE DEL TRASVASE
Al hilo de su intervención en la reunión de la Junta directiva, ha informado que se han anunciado ya distintas iniciativas para recurrir ante los tribunales esta planificación hidrológica, y, aunque ha dicho desconocer el recorrido y resultado final de este proceso, desde esta patronal ha anunciado que “apoyarán cuantas iniciativas contribuyan a favorecer la industria alimentaria y su permanente mejora, objetivos a los que esta planificación aprobada no parece contribuir”.
Para García Gómez, “en Agrupal estamos especialmente sensibles a este problema ya que somos una agrupación empresarial interesada, específicamente, en el sector de la industrialización de productos agrarios”. “Sabemos que necesitamos del agua desalada, pero sin dejar de contemplar otras alternativas con menor impacto económico y medioambiental”, ha matizado.
LLAMADA AL DIÁLOGO, NECESIDAD DE ACUERDOS ESTABLES Y PUNTOS DE EQUILIBRIO
El presidente de Agrupal ha hecho una llamada al diálogo de las autoridades competentes y a la necesidad de acuerdos estables y pacíficos que, respeten la preservación ambiental y los legítimos intereses de todas las partes; “se deben encontrar puntos de equilibrio razonables que no lesionen a sectores económicos clave como es el de la alimentación, de primera importancia y necesidad para todos, y más aún en situaciones como las actuales, con costes de producción crecientes, precios de los alimentos al alza, y numerosas incertidumbres de futuro que debemos, entre todos y responsablemente, procurar minimizar”.
García Gómez ha recordado que esta problemática hídrica viene de la reciente publicación en el BOE del Real Decreto 35/2023, de 24 de enero, por el que se aprueba la revisión de los planes hidrológicos de las demarcaciones hidrográficas españolas. Entre estos planes está el de la demarcación del Tajo, cuya vinculación con la cuenca del Segura y el sureste español es evidente a través del trasvase Tajo-Segura.
Este plan del Tajo contiene determinaciones sobre esa cuenca que son propias y sobre las que nada hay que objetar desde otros ámbitos territoriales, pero hay una concreta que tiene un impacto directo sobre la cuenca del Segura, y es la fijación de los caudales ecológicos. Para estos caudales se han fijado en el eje del Tajo (Aranjuez, Toledo, Talavera, etc.) unos valores mayores que los actuales y que comprometen seriamente la disponibilidad de recursos trasvasables al Segura, en cantidades muy significativas. El cumplimiento de estas prescripciones supondrá sin duda una reducción sustancial del trasvase, que el Ministerio no niega y que propone sustituir mediante una mayor producción de agua desalada.
