La implantación vertiginosa del entorno digital en todos los aspectos de la vida (desde el ocio hasta el ámbito educativo y el laboral) ha propiciado un aprendizaje acelerado para utilizarlo. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de conocer las capacidades de la sociedad, así como la alfabetización mediática y digital, en especial en sectores en formación como es la juventud.
Ahora, un reciente estudio realizado por investigadores de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) ha analizado la relación del nivel de alfabetización digital con la perspectiva de una posible brecha de género en la población joven de España en el nuevo contexto mediático. "Gracias a este trabajo, podemos explorar las posibles tensiones y necesidades que puedan emerger en el diseño de futuros programas de educación mediática y digital con perspectiva feminista y crítica", apunta Pedro Fernández de Castro, investigador del doctorado de Humanidades y Comunicación de la UOC y uno de los autores principales de este proyecto.
Los autores del trabajo, Fernández de Castro junto con Elisenda Estanyol, Mireia Montaña, Daniel Aranda y Leila Mohammadi, investigadores del grupo GAME de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, encuestaron a más de 600 jóvenes de ambos géneros de entre 16 y 18 años sobre sus propias competencias y conocimientos críticos del entorno digital. En la encuesta se contemplan diversas capacidades, como son competencias técnicas (referidas al manejo de dispositivos y habilidades mínimas para acceder al entorno digital) y competencias informacionales (relativas a la evaluación de los contenidos que se consumen y a la sociabilidad en línea). Todo ello, teniendo en cuenta diferentes aspectos que posibilitan una conciencia crítica del entorno digital, como son su impacto económico y sus conocimientos sobre legalidad, política, ecología, mercado laboral, etc.
LAS JÓVENES, CON MÁS COMPETENCIAS SOCIALES
A partir de estos datos, las conclusiones se agruparon en dos tipos: por un lado, las referidas a las competencias técnicas e informacionales y a los conocimientos críticos; por el otro, los aspectos relacionados con la igualdad y la brecha de género en términos de autopercepción por parte de los jóvenes. "En términos generales, en los ámbitos relativos a las competencias, tanto chicos como chicas se valoran de manera similar. Es más, mirado en detalle, en las competencias informacionales, como las habilidades sociales, los resultados son ligeramente favorables para las chicas", destaca Fernández de Castro. Sin embargo, en cuanto a los conocimientos críticos, los resultados señalan que los chicos se valoran más que las chicas, con notables diferencias.
Por ejemplo, un 71% de las jóvenes señalan que manejan bien los distintos perfiles de su identidad digital, frente al 66 % de los jóvenes. Asimismo, solo el 25% de los encuestados manifiestan que saben hacer el mantenimiento de los dispositivos o saben repararlos, con importantes diferencias: un 32,6% de los chicos y un 18% de las chicas. Además, las chicas se auto perciben con un mayor nivel de competencias informacionales y sociales en el entorno digital que los chicos, mientras que los chicos consideran que tienen más conocimientos críticos que las chicas.
"Estos datos abren la reflexión sobre cómo histórica y culturalmente la tecnología, como concepto y construcción social, está íntimamente vinculada a la masculinidad y tiene un rol clave en las desigualdades de poder entre géneros y, por tanto, en la reproducción de la lógica patriarcal", recalca Fernández de Castro.
MEJORAR LA FORMACIÓN Y FOMENTAR LA IGUALDAD
Igualmente, los autores señalan que una parte muy importante de la juventud se considera nativa digital, una definición que no implica tener habilidades digitales. Es más, más del 30% presenta diversas disfunciones tanto competenciales técnicas como informacionales en aspectos como la configuración de servicios digitales y herramientas para aumentar la privacidad y el anonimato en línea o en el manejo de plataformas de gestión de contenidos en entornos multimedia.
"En el actual ecosistema digital, sin un trabajo conjunto entre educadores y jóvenes, las únicas competencias adquiridas serán las imprescindibles para consumir y producir en las plataformas digitales. Por tanto, existe la necesidad de abrir espacios educativos en los que podamos acompañarlos para fomentar esa crítica del entorno digital y desmitificar la idea de que son nativos digitales y que por sí mismos aprenderán lo que haga falta", advierte el investigador de la UOC. En este sentido, la propuesta de esta educación digital debe incorporar necesariamente una mirada crítica para que no se oriente únicamente a la formación de empleados que se ajusten a las necesidades del mercado laboral, sino también a la conformación de una ciudadanía activa, participativa y con capacidad crítica.
Además, con el objetivo de conseguir una mayor equidad en las competencias de la juventud, los expertos señalan que es necesario incluir algunos de los aspectos de las teorías feministas en el ámbito tecnológico. "Es importante que la educación digital tenga como una de sus bases los feminismos que han estudiado la relación del género con la tecnología, incluyendo las diversas perspectivas y propuestas interseccionales que contribuyen a elaborar una conciencia crítica de lo digital", incide el experto. Así, esta perspectiva de género permitirá diseñar y elaborar propuestas y estrategias educativas en competencias digitales. "Este tipo de programas deben ir destinados a fomentar la promoción de una ciudadanía digital activa y crítica. Eso sí, no debe tratarse simplemente de superponer ambos campos como si fueran capas, sino que han de integrarse formando un conjunto de materias propiamente diseñadas", concluye Fernández de Castro.
Este trabajo ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y forma parte del proyecto de I+D Educación social digital: juventud, ciudadanía activa e inclusión.
Esta investigación de la UOC favorece los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) 4, educación de calidad; 5, igualdad de género, y 10, reducción de las desigualdades.