Se acercan las fechas en la que los turistas deciden sus destinos para disfrutar de las vacaciones de verano y comienzan a realizar las reservas de alojamiento y la compra de los billetes para el desplazamiento. Son momentos de tener en cuenta muchos factores para escoger un lugar u otro en el que pasar los días de vacaciones y, por tanto, gastar los ahorros disponibles para estas fechas.
Según la OMS, 236.000 personas pierden la vida por ahogamiento cada año, lo que supone un 7% de todas las muertes por traumatismo.
En este sentido, además del evidente drama humano que supone, la falta de seguridad en las playas y las muertes por ahogamiento acuático suponen un costo económico considerable para las administraciones. Por ejemplo, se estima que en EE. UU. los ahogamientos en aguas litorales entrañan costos directos e indirectos por valor de 273 M$ al año, mientras que en países como Australia y Canadá el costo total de los traumatismos por ahogamiento es, respectivamente, de 85,5 M$ y 173 M$.
En España, los datos aportados por el Informe Nacional por Ahogamientos (INA) vislumbran que, de los casi 400 fallecidos en 2022, más del 50% se producen en las playas, mientras que el resto se reparten a partes muy similares entre las piscinas, lagos y ríos. Sin embargo, y aquí es donde entran en juego las soluciones que facilitan startups y compañías como MySmartBEACH -primer operador mundial del sector, con 19 patentes a nivel mundial de dispositivos de salvamento acuático-, alrededor del 80% de las mismas se producen en momentos o lugares en los que no hay ningún tipo de vigilancia profesional.
Este tipo de soluciones, como el SOS Point que aporta MySmartBEACH, focalizan su servicio a que, mediante este dispositivo tecnológico inteligente y autónomo, cualquier
persona, sin necesidad de ser un profesional del socorrismo, pueda rescatar simultáneamente hasta tres personas sin poner en riesgo su vida y en cualquier momento del día; independientemente de que la víctima esté consciente o no. Este punto, el de no poner en riesgo la propia vida, es un elemento crucial, puesto que, como señala Fran de Haro, fundador y CEO de MySmartBEACH, “un número nada desdeñable de las víctimas son personas que intentan rescatar a otras cuya vida corre peligro y no tienen ni los medios ni el conocimiento necesario para llevar a cabo esa tarea de un modo seguro”; es lo que se conoce como el “héroe equivocado”.
Las alarmas han saltado con la vuelta a la normalidad del turismo tras la pandemia y los turoperadores toman nota, algo que se reclama a las propias autoridades o administraciones correspondientes. Tal es así que, como se ha señalado desde la Federación Española de Salvamento y Socorrismo en varias ocasiones, “los ahogamientos no intencionales en los espacios acuáticos españoles son un problema de primer orden de salud y seguridad pública” y el reclamo pasa por abordar las exigencias que desde la propia Asamblea General de las Naciones Unidas en el marco de una estrategia estatal de seguridad acuática.
Siguiendo el hilo, e incidiendo en las soluciones aptas para no profesionales que ofrecen empresas como MySmartBEACH, hay que recalcar que el 40% de las playas españolas no cuenta con socorristas y, en la mayoría de los casos, solo durante dos meses al año (Canarias, Galicia y Baleares son las regiones con más kilómetros de playa sin profesionales del salvamento y algunos de los focos turísticos más relevantes de España). Que, durante las 24 horas del día, y cada día del año, las playas españolas cuenten con un dispositivo de salvamento acuático que puede utilizar cualquiera y que está conectado al servicio de emergencias, es un paso adelante en el incremento de la seguridad en las zonas acuáticas, lo que supone un atractivo turístico que salva vidas y que se traduce en ingresos económicos.
La gravedad del asunto, tanto a nivel político como económico, se ha notado de tal modo que los turoperadores de comunidades como Canarias han empezado a tomar cartas en el asunto mediante campañas de concienciación y prevención de los ahogamientos: el 80% de los fallecimientos por este motivo en la región insular correspondieron a extranjeros, una pata principal del turismo de la zona.
Según Juanjo Andreo, director general de MySmartBEACH, “una playa de hotel con un ahogado es una playa con titular. La seguridad tiene incidencia inmediata en la toma de decisiones de los turoperadores, que hacen que se cambien destinos de miles de personas de un país seguro a uno no seguro. Apostar por la seguridad es apostar por destinos turísticos inteligentes que sepan atraer y retener a turistas internacionales que, cada vez más, valoran la seguridad a la hora de elegir sus destinos vacacionales”.
La solución al problema de seguridad es aumentar está en las playas durante los meses en los que no existe vigilancia, así como aumentar dispositivos de ayuda a los profesionales de socorrismo y salvamento durante las épocas en las que se encuentran en los entornos acuáticos.