La startup murciana Faberin ha echado el telón después de que su modelo de negocio no terminase de cuajar. Así lo ha confirmado Vicente Cánovas, su co-fundador y CEO. El proyecto nació hace más de un lustro de la mano de 3 fundadores, y, durante este negocio, ha pivotado en varias ocasiones, en busca de dar con la tecla, algo que, finalmente, parece no haber sucedido.
La idea de negocio básicamente consistía en la creación de un catálogo de pequeños muebles de diseño que se hacían por encargo por un grupo de fabricantes y artesanos según llegaban los encargos. Entre otras ventajas, la idea eliminaba la gestión de stocks. Además, el proceso ofrecía grandes opciones de personalización, al estar hecho por encargo. Todo ello a precios ajustados.
Así, se generó una plataforma que ponía en contacto, por una parte, a los diseñadores de los muebles, por otro, a los artesanos encargados de la fabricación, y, finalmente, a los compradores.
El proyecto suscitó desde el principio bastante atención, y llegó a ser mencionado como 'el IKEA murciano' e incluso llegó a ser acogido en la Lanzadera de Juan Roig. Finalmente, el negocio no ha cuajado y Vicente Cánovas ha anunciado que Faberin, por ahora, pasa al 'congelador'.