martes. 03.12.2024
Business agility: tres retos de la transformación ágil
Business agility: tres retos de la transformación ágil

España se ha consolidado como el país en el que un mayor número de organizaciones ha iniciado su proceso de transformación digital, puesto que el 85% de las mismas ya están inmersas en esta vorágine de cambio.

Esta inversión parece que continuará expandiéndose en nuestro país, ya que un 64% de las empresas españolas tienen previsto apostar por la transformación digital en 2023, según asegura un estudio de Inesdi Business Techschool.

La competitividad del entorno y un bajo nivel de inversión son los principales obstáculos a los que se enfrentan las compañías. No obstante, hay otros puntos que juegan a favor de este proceso como son la existencia de áreas o personas para dirigir la transformación digital y un liderazgo concentrado en la dirección general.

En este contexto, emerge la agilidad empresarial (business agility en inglés), que es la última evolución en el viaje agile, como forma de ayudar a todo tipo de empresas a ser más adaptables y resilientes.

El proceso de conversión en una organización adaptativa enfoca el cambio a través de nueve dimensiones: gobernanza, estrategia, liderazgo, cliente, cultura, personas, procesos, tecnología y diseño organizacional. Esta transformación es un proceso iterativo e incremental que se basa en consolidar pequeños pasos y realizar ajustes a partir de los resultados observados.

De este modo, la transformación ágil también es el complemento perfecto para la transformación digital: sus mecanismos adaptativos, su enfoque en la retroalimentación y los resultados, y la toma de decisiones basada en datos respaldan las transformaciones digitales efectivas.

Por este motivo, los expertos de Netmind han recopilado los tres principales desafíos a los que se enfrentan las organizaciones en la actualidad en materia de transformación ágil.

1. INCERTIDUMBRE Y COMPLEJIDAD DE CONTEXTO

Los modelos VUCA y BANI hacen referencia a la manera de representar el mundo actual. Es un resumen de los desafíos a los que se enfrentan las organizaciones. Uno de estos desafíos es la incertidumbre, donde el objetivo es sobrevivir y prosperar en un contexto de cambio continuo y acelerado en el que las reglas, los conceptos e incluso los cimientos carecen de la sólida estabilidad del pasado. La complejidad, por su parte, implica la existencia de muchos agentes, que interactúan de manera inesperada e impredecible, sin información clara, así como de grandes cantidades de interacciones y diferentes informaciones que en ocasiones resultan contradictorias.

2. LA ACELERACIÓN DEL CAMBIO

El cambio, tanto a nivel comercial como presupuestario o de recursos, ha evolucionado muy rápido en un breve periodo de tiempo. Esta circunstancia ha generado la necesidad de innovar a una gran velocidad.

Los enfoques tradicionales en gestión del cambio han quedado en desuso, ya que no son capaces de seguir el ritmo y la intensidad de la evolución empresarial que requiere la realidad actual. La aceleración de la sociedad apenas deja tiempo para reaccionar ante cualquier desafío. Además, la aceleración tecnológica juega un papel determinante porque es especialmente en este sector donde más se ha intensificado el cambio.

3. LA NUEVA MANERA DE ENTENDER EL LIDERAZGO

El liderazgo afronta esta avalancha de desafíos para sus organizaciones sin la ayuda de las lecciones aprendidas en el pasado que han quedado desactualizadas. Necesita un nuevo enfoque.

Es bien sabido que el promedio de vida de una organización se ha acortado en los últimos años (de más de 30 años en 1965, a solo 20 en la actualidad), y los hilos existenciales de una empresa aumentan en número, variedad y poder. La business agility proporciona mecanismos explícitos para detectar, reaccionar y aprender de las amenazas. La manera en la que el líder sea capaz de afrontar estos cambios y adaptarse a la nueva situación va a determinar el futuro de la organización.

“La business agility presenta numerosos retos, pero a su vez ingentes ventajas. Un beneficio adicional es su capacidad para ayudar a introducir mejoras oportunas en aquellas empresas que, por madurez u otras circunstancias, no aspiran a convertirse en organizaciones adaptativas. Por ejemplo, las mejoras específicas e independientes en la entrega, el liderazgo o la tecnología son posibles en lo que llamamos agile enterprises: organizaciones que se benefician de la agilidad sin cambiar su esencia”, asegura Aleix Palau, CEO de Netmind.

Business agility: tres retos de la transformación ágil