Regresar al pueblo donde pasaste tu infancia, ver un partido de fútbol de tu equipo favorito o ver el mar, son algunos de los deseos de personas que padecen enfermedades crónicas avanzadas o que llevan mucho tiempo encamadas y que necesitan una ambulancia y un equipo de sanitarios para cumplir sus sueños y anhelos.
Hacer realidad esas voluntades es posible gracias a la Fundación Ambulancia del Deseo y sus voluntarios. A este equipo de personas se ha sumado la energía de Repsol a través del complejo industrial de Cartagena que colabora con la entidad social para proporcionar la energía que necesitan las ambulancias, en forma de combustible, para cumplir deseos.
Durante las últimas semanas, los voluntarios de Fundación Ambulancia del Deseo han hecho posible que Emilio haya podido asistir a la boda de su hija, y que Eva haya vuelto al árbol que tanta paz le ha dado en su vida, y desde donde siempre ha mirado al mar.
También Justo ha cumplido su sueño de volver a darse un baño en una playa de Mazarrón y Sergio, que vive en Barcelona, ha viajado a Caravaca de la Cruz a pasar unos días de vacaciones, tal y como siempre ha hecho, hasta que una enfermedad le impidió moverse de la cama.
Estos son algunos de los últimos deseos cumplidos, a los que hay que añadir los que realizan a lo largo del año y que rondan los 200 sueños anuales.
El director del complejo industrial de Repsol en Cartagena, Antonio Mestre, ha destacado la gran labor que realiza la Fundación Ambulancia del Deseo. “Generan mucho valor social ayudando a personas que están en una situación complicada, y en este caso, Repsol se suma para generar esa energía social”.
Para José Manuel Salas, cofundador de Ambulancia del Deseo, Repsol es un compañero de viaje fundamental, “nuestras ambulancias se mueven con combustibles” y “para cada deseo vamos a necesitar voluntarios, una ambulancia y combustible. Repsol nos va a ayudar a cumplir deseos por todo el territorio nacional”. Esta organización, con sede en la Región de Murcia, cuenta con delegaciones en Sevilla y Oviedo para facilitar el cumplimiento de deseos, y colabora con otras ‘ambulancias del deseo’, ubicadas en 16 países, para cumplir con las últimas voluntades internacionales.
HISTORIA DE LA AMBULANCIA DEL DESEO
En 2007 el conductor Kees Veldboer trasladaba en su ambulancia al marinero Mario Stefanutto. De camino al hospital, Kees se desvió hacia el puerto y quedó conmovido por la felicidad que Mario experimentó. Kees tomó prestada una ambulancia de su empresa y le organizó una ruta por el puerto de Rotterdam. Se sorprendió de lo fácil que le había resultado hacer que Mario terminase su vida de una forma tan especial gracias a unas simples llamadas telefónicas. Apenas dos meses más tarde la Fundación Ambulancia del Deseo era una realidad.
En España, la sede de esta Fundación aterrizó en la Región de Murcia en abril de 2018 de la mano de Manuel Pardo, José Manuel Salas, Carolina Cánovas y Laura Juguera, profesionales del ámbito sanitario que han hecho crecer el grupo de voluntarios y han extendido el proyecto a otros lugares del país.
Hoy disponen de más de 150 sanitarios voluntarios con el conocimiento y preparación adecuada para hacer realidad estos deseos.
