Hallan microplásticos utilizados en agricultura y embarcaciones en la costa del Mar Menor y sus doradas según una tesis
Los desechos plásticos están ampliamente presentes en las playas del Mar Menor y en los estómagos e intestinos de sus peces, incluidas las especies de interés comercial, según constata la tesis doctoral de Dolores Rojo Campillo en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), en la que se analizaron 17 doradas salvajes y se hallaron polímeros sintéticos en todas ellas.
La investigación doctoral, dirigida por Francisco Javier Bayo Bernal y codirigida por Pedro Martínez Baños, ha evaluado la presencia de microplásticos en sedimentos costeros de 12 playas de la ribera continental y el cordón litoral del Mar Menor, así como en el puerto de Cartagena y en Cala Cortina.
La presencia de desechos plásticos es significativamente inferior, según indican los resultados de los análisis, que en el caso de la bahía cartagenera se hicieron con financiación de la Cátedra de Medio Ambiente de la Autoridad Portuaria.
En concreto, en las playas del Mar Menor se detectó una media de 52 microplásticos en cada kilogramo de sedimento seco costero. Las partículas identificadas tenían 13 colores distintos y procedían de 18 familias poliméricas, lo que demuestra su origen múltiple.
Los polímeros más frecuentes fueron los polietilenos de baja y alta densidad y los polivinilos, utilizados en materiales agrícolas y construcciones navales, "lo que señala a la agricultura, los puertos deportivos y los clubes náuticos existentes en el entorno estudiado como fuentes de origen de estos microplásticos y establece la necesidad de una mejora en la gestión de residuos y limpieza de playas", explican los investigadores.
La proximidad a los cultivos aumenta la concentración de los microplásticos, según refleja la tesis, que también señala que la presencia de vegetación podría actuar como elemento de contención.
En las doradas estudiadas se encontraron una media de 16 microplásticos y más del 70% eran fibras, "relacionadas con la rotura y pérdida de redes y aparejos de pesca en el mar", apuntan los investigadores. Se identificaron nueve familias de polímeros, siendo los más abundantes los polietilenos de alta y baja densidad.