El campo murciano se digitaliza con sensores y redes de monitorización de plagas
La consejera Sara Rubira destaca la "tecnificación de la agricultura regional" en una visita a la finca Hacienda Nueva de Cehegín, donde se han instalado sensores que ayudan a la prevención de plagas
El Gobierno regional apuesta por la digitalización del sector agrario promoviendo la instalación de sensores y redes de monitorización que ofrecen datos de los cultivos en tiempo real. Esto es posible gracias a las investigaciones que desarrolla el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA).
En concreto, se están instalando tecnologías geoespaciales que permiten la captura, almacenamiento, transformación, análisis y publicación de datos agroambientales. “El objetivo es lograr una mejor producción de los cultivos, la predicción de enfermedades, la supervisión continua o la mejora de la eficiencia en la gestión del agua y de los nutrientes”, aseguró la consejera de Agricultura, Sara Rubira.
La titular de Agricultura visitó la finca Hacienda Nueva, ubicada en el municipio de Cehegín, en la que se están instalando estos sensores y destacó que “a través de las redes de monitorización y plataformas de teledetección, pueden capturar, almacenar y analizar datos para crear modelos predictivos que permiten anticipar decisiones para mejorar la eficiencia, predecir plagas y el aumentar la rentabilidad y sostenibilidad de la actividad agrícola”.
Rubira explicó que “el agricultor puede acceder mediante un dispositivo móvil a toda la información relativa al cultivo como puede ser la necesidad de riego o el exceso de humedad que puede ocasionar la aparición de hongos”. Además, a través de las trampas para plagas pueden detectar qué tipo de insecto está atacando al cultivo e incluso conocer una estimación de la cantidad.
La consejera aseguró que “con las nuevas herramientas de monitorización, que utilizan datos de series temporales, el IMIDA busca crear y usar modelos de aprendizaje automático para el seguimiento de los cultivos en las zonas vulnerables que permitan mejorar la toma de decisiones agrícolas”.
APLICACIÓN A LA UVA MONASTRELL
El IMIDA está aplicando estas nuevas tecnologías a un proyecto en la finca Hacienda Nueva que persigue seleccionar las nuevas variedades, obtenidas a partir de Monastrell, que se adapten mejor a las condiciones de escasez de agua y altas temperaturas, propias de la zona.
El proyecto, que forma parte de uno de ámbito nacional denominado ‘Mejora y selección de nuevas variedades de uva de vinificación resistentes a la sequía como medida de adaptación de la viticultura al cambio climático (BDRvine)’, estableció una plantación con nuevas variedades de uva de vinificación obtenidas dentro del programa de mejora desarrollado en el IMIDA.
En esta plantación se aplica un riego deficitario controlado, por un lado, y un cultivo en secano, por otro, con el fin de seleccionar las variedades que tengan un mejor comportamiento en condiciones de secano, y ver que parámetros agronómicos y de calidad se ven afectados cuando no se riega.
Este estudio se complementa con el proyecto Algroalnext de desarrollo de una viticultura sostenible mediante el uso de nuevas variedades resistentes a enfermedades (oídio y mildiu) y a la escasez hídrica, para el que se lleva un control más exacto de la disponibilidad de agua de las plantas, con la instalación de sondas por parte de la empresa Odin Solutions que permitirán controlar la humedad del suelo próximo a las raíces y la humedad de las hojas de las plantas bajo estudio.
En el proyecto colaboran los equipos Sistema de Información Geográfica y Teledetección (SIGyT) y el de Mejora Genética Molecular del IMIDA, y está financiado en un 60% con fondos Feder de la Unión Europea y en el 40% restante con fondos propios de la Consejería.